Una entrevista semi-estructurada de trabajo es un tipo de entrevista que combina elementos de las entrevistas estructuradas y no estructuradas. Este enfoque permite al entrevistador seguir una guía preparada de antemano con preguntas clave, pero también ofrece la flexibilidad de explorar temas más a fondo o desviarse del guion según las respuestas del candidato y la dirección de la conversación.
Características de la entrevista semi-estructurada:
Preguntas abiertas: Aunque se preparan preguntas clave de antemano, estas suelen ser abiertas para permitir que el candidato exprese libremente sus ideas y pensamientos. Esto ayuda a obtener información más detallada y a profundizar en ciertos temas.
Flexibilidad en la conversación: El entrevistador puede hacer preguntas de seguimiento que no están predefinidas para profundizar en las respuestas del candidato o explorar áreas relevantes que surjan durante la entrevista.
Guion de preguntas: Existe un guion básico o una lista de temas que se debe cubrir durante la entrevista, pero el orden y la forma en que se abordan pueden variar según el flujo de la conversación.
Personalización: Las preguntas pueden ser adaptadas a las especificaciones del puesto y a las características particulares del candidato, lo que permite una evaluación más personalizada.
Ventajas de las entrevistas semi-estructuradas:
Profundidad de información: Permiten obtener respuestas detalladas y profundizar en asuntos específicos, lo que puede revelar más sobre las competencias y la personalidad del candidato.
Adaptabilidad: Posibilitan adaptar la entrevista en función de las respuestas del candidato, lo que puede llevar a descubrimientos significativos e inesperados sobre su idoneidad para el puesto.
Contexto y claridad: Facilitan la comprensión del contexto de las respuestas del candidato, permitiendo aclarar dudas en el momento y obtener una visión más completa de su experiencia y habilidades.
Desventajas de las entrevistas semi-estructuradas:
Consistencia: Puede ser más difícil comparar candidatos directamente si cada entrevista difiere significativamente en términos de las preguntas realizadas y los temas cubiertos.
Dependencia del entrevistador: La calidad y utilidad de la información obtenida pueden depender en gran medida de las habilidades del entrevistador para guiar la conversación y hacer preguntas relevantes.
Las entrevistas semi-estructuradas son muy valoradas en contextos donde la capacidad de adaptación y la profundidad de comprensión son cruciales, como en la selección para puestos de alta responsabilidad o roles altamente especializados. Su flexibilidad facilita una evaluación integral de los candidatos, permitiendo explorar aspectos de su perfil que no serían evidentes en una entrevista completamente estructurada.