En la legislación laboral de México, el concepto de "accidente de trabajo" está bien definido y regulado principalmente por la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social. Según estas leyes, un accidente de trabajo se describe de la siguiente manera:
Accidente de trabajo: Es toda lesión orgánica o perturbación funcional, inmediata o posterior, o la muerte, producida repentinamente en ejercicio, o con motivo del trabajo, cualesquiera que sean el lugar y el tiempo en que se preste. Asimismo, se incluyen los accidentes que ocurren al trasladarse directamente de la residencia del trabajador a su lugar de trabajo y viceversa.
Este concepto tiene varias implicaciones importantes:
Temporalidad: El accidente debe ocurrir durante las horas de trabajo o en actividades relacionadas con el trabajo, aunque también incluye los trayectos directos entre el hogar y el lugar de trabajo (conocidos como accidentes "in itinere").
Causalidad: Debe existir una relación directa entre el trabajo y el accidente. Esto significa que el accidente debe ser resultado directo de la actividad laboral o haber ocurrido en el lugar de trabajo.
Consecuencias: El accidente debe tener como resultado una lesión o perturbación funcional para el trabajador, pudiendo ir desde lesiones menores hasta casos graves que requieren atención médica prolongada o incluso la muerte.
El tratamiento y la compensación de los accidentes de trabajo en México están regulados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que proporciona atención médica y compensación económica a los trabajadores que sufren este tipo de accidentes, siempre que estén debidamente registrados y cumplan con las regulaciones establecidas.